Un estudio realizado por el Instituto del Café de Costa Rica (ICAFE) señala al tipo de cambio como el responsable del 63% de las pérdidas de 26 mil caficultores sufrieron en las últimas dos cosechas y pide al Poder Ejecutivo y al Banco Central de Costa Rica (BBCR) frenar su caída.
La institución indicó que por cada fanega de café el productor dejó de percibir ¢30.557, de los cuales ¢19.306 responden a la caída del dólar, el cual pasó de ¢685.43/USD a ¢515.16/USD, según reporta el BCCR.
“Todos los contratos de exportación de café se realizan en dólares, las negociaciones y demás son en esta moneda, lo que hace que nuestro sector se vea golpeado con un colón más fuerte frente al dólar, los productores reciben menos colones respecto a cada dólar y los gastos como mano de obra e insumos se hacen en colones” dijo en el comunicado de prensa Gustavo Jiménez, Director Ejecutivo del ICAFE.
ICAFE señaló que han mantenido reuniones con personas diputadas, así como con el presidente del BCCR, pero no han recibido respuestas oportunas y el pronóstico para la próxima cosecha no mejora su situación, al tiempo que arrastran pérdidas por clima y costos de producción, que incrementaron un 333% en la cosecha 2022-23.
A mediados de enero, 500 caficultores pidieron auxilio económico al Gobierno para no perder sus tierras, tras sufrir una caída del 12% en la producción por lluvias tempranas en la última cosecha, las cuales sumaron a las baja en ingresos por el tipo de cambio y del diferencial, un porcentaje adicional que pagan los países importadores por el prestigio del café costarricense.
El tipo de cambio es sin duda el mencionado con mayor insistencia, ya que en cosechas anteriores en las que sufrieron caídas de producción similares, como en la 2021-2022, compensaron con el tipo de cambio.
“El tipo de cambio del dólar es quizá uno de los factores a los que hay que prestarle más atención. Si el tipo de cambio baja a 500 colones ninguna alternativa o medida va a ser suficiente para apoyar al sector ¿Qué pedimos? Estabilidad”, comentó el productor Greddy Mora en el encuentro con el ministro de Agricultura, del cual fue uno de los organizadores.
La agricultura es una actividad altamente riesgosa que se enfrente a un clima cada vez más impredecible y en Costa Rica no hay créditos blandos que se adapten al tipo de actividad, por lo que deben optar por préstamos caros hipotecarios ante los cuales con frecuencia pierden sus casas y tierras.
Entre el 2018 y el 2022, la cartera de crédito en esta actividad aumentó un 15% y la morosidad un 37%, reporta SEPSA, y las personas agricultoras pagan préstamos hasta 24 veces más caros que en países como Panamá o Chile, según datos del economista Welmer Ramos.
